Beber alcohol dificulta tener o mantener una erección. Estudios revelan que el 50% de los hombres en estado de embriaguez se han encontrado con dificultades para mantener relaciones sexuales.
Esta situación es vista por el hombre como un fracaso. A partir de ahí, puede empezar a desarrollar sentimientos de ansiedad que terminarán dificultando la respuesta de excitación sexual en el siguiente encuentro. Y puede desencadenar en un círculo vicioso que puede finalizar en una disfunción eréctil permanente.
Los efectos del alcohol
Como casi todo, el alcohol tiene efectos positivos y negativos. Por una parte, estimula el apetito, tiene efectos tranquilizadores y produce desinhibición y sociabilidad en la persona que consume alcohol. Estas consecuencias se producen cuando el consumo es moderado, es decir, entre 30 y 60 centímetros cúbicos, el equivalente a dos copas.
Estos efectos se deben a que el alcohol es un depresor del sistema nervioso central, por lo que la euforia se da por la inhibición de los mecanismos que regulan la conducta del sistema nervioso de la persona que ha consumido alcohol, hecho que afecta la corteza cerebral, que es la encargada de retener el sistema de normas y valores que tenemos aprendidos.
Pero, por otra parte, en el momento en que se pasa de ese límite, la persona se separa de sus miedos y de su timidez, de forma que incrementa su autoestima. Esto puede suponer una dificultad a la hora de llevar relaciones interpersonales, porqué, aunque el alcohol pueda desencadenar en un gran estímulo erótico, también interfiere en la capacidad de mantener una correcta erección.
Si quieres beber, hazlo con moderación
El alcohol en pequeñas cantidades puede promover la erección. Eso se debe a la reducción de ansiedades y a los efectos vasodilatadores derivados de su consumo.
Pero la capacidad de erección se ve afectada cuando los niveles de alcohol en sangre llegan a los 40-50 mg/dl (0.4-0.5 por 8mil), y puede ser completamente ausente a partir de 100 mg/dl (> 1 por mil) hacia arriba.
Diversos estudios e investigaciones han proporcionado datos válidos sobre este tema, concluyendo que el consumo regular de alcohol se asocia negativamente con la disfunción eréctil. El consumo de más de 10 bebidas alcohólicas por semana afecta gravemente la erección; con 8 se reduce significativamente el riesgo de disfunción eréctil, y con el consumo de menos alcohol a la semana, de 1 a 7 bebidas, no se encuentra riesgo significativo.
Los mismos autores sugieren, en contraste, que el consumo ligero o moderado de alcohol (20-30 g/día) previene riesgos cardiovasculares y disfunción eréctil.
Por tanto, y como casi todo en esta vida, hay que saber encontrar el equilibro y no abusar, en este caso, del alcohol.
Efectos a largo plazo
El exceso en el consumo de alcohol a largo plazo puede dañar la vida sexual, afectando al cuerpo de forma crónica.
El alcohol aumenta el azúcar en sangre, un factor principal en el desarrollo de enfermedades cardíacas.
El correcto funcionamiento sexual necesita una buena circulación, y si las arterias se obstruyen con placas, la corriente sanguínea que va al corazón se ve afectada, del mismo modo que se ve afectada la corriente que va al pene, lo cual dejará una huella negativa en tu vida sexual.
Además, el alcohol puede incrementar el cortisol, la hormona que provoca estrés, y bajar los niveles de la testosterona, un efecto negativo para la libido.
Conclusiones
El alcohol tiene efectos distintos en cada persona, por eso, es necesario que estés atento a tu cuerpo y sepas ponerte tus límites.
El consumo moderado de alcohol, tienen efectos en la expresión del deseo, desinhibe las manifestaciones de la excitación sexual y, según varios autores, las incrementa. En cambio, el consumo elevado de esta sustancia tiene efecto de supresión de la respuesta sexual, derivando en una incapacidad para el acto sexual o el orgasmo.
Si tienes problemas de erección o problemas por mantener relaciones sexuales inducidas por el alcohol, consulta con personal médico capacitado, para que te ayude con el estrés y la ansiedad y te ayude a encontrar una solución a tu problema.