Cómo afecta el estrés a nuestra vida sexual
En algunas situaciones de nuestra vida cotidiana o laboral estamos sometidos a momentos de estrés que pueden derivar en situaciones que nos impiden gozar de nuestra sexualidad. Para poder afrontarlo es muy importante saber identificar estos estados tanto individualmente como en relación con nuestra pareja sexual.
Son muchas las situaciones diarias en las cuales tenemos en la cabeza problemas tales como la preocupación por el trabajo, las tareas del hogar, el cuidado de la familia o la situación financiera, por poner algunos ejemplos. El estrés que pueden causar estas preocupaciones diarias pueden comportar varios trastornos, incluso algunos que deriven en el área sexual.
Los efectos que puede tener el estrés en la sexualidad son similares a los que puede tener sobre otros trastornos o aspectos de la vida. En la mayoría de situaciones somos capaces de detectarlos nosotros mismos. En cambio, en la inhibición del deseo sexual es más frecuente que nos demos cuenta del problema demasiado tarde, cuando la líbido ha bajado a niveles muy bajos.
Según describe la psicóloga Jennifer Delgado, algunos de estos problemas se deben a que en los últimos años ha habido cambios derivados de Internet y de la gestión de la información. De todas formas, Delgado también recuerda que las situaciones de estrés han existido siempre a lo largo de la historia de la humanidad, aunque se han manifestado de otras formas.
El psicólogo Raúl Carvajal afirma que la organización social actual tiende a premiar las personas que presentan conductas de estrés, como los que son capaces de asumir más responsabilidades en el trabajo. En otras palabras, las personas más valoradas por sus aptitudes profesionales pueden ser las más sensibles a evidenciar síntomas de estrés y por consiguiente, que se vea afectada su vida sexual.
Para llevar a cabo el acto sexual es necesario desconectar de los problemas cotidianos y esto es realmente complicado en personas estresadas.
En situaciones de estrés y en general bajo cualquier problema psicológico, la presión a la que estamos sometidos afecta a nuestro cerebro y por lo tanto puede provocar problemas a otras funciones del cuerpo llegando a suponer la imposibilidad de mantener una erección. Los psicólogos indican que el aumento de cortisol provoca la disminución de los niveles de algunas hormonas como la testosterona, la principal hormona sexual masculina. La consecuencia de esto suele ser la disminución del deseo sexual.
Existen algunos comportamientos que nos pueden ayudar a prevenir estas situaciones que también harán que mejoren otros aspectos de nuestra vida, además de la sexualidad. Por ejemplo, podemos buscar periódicamente espacios o actividades que permitan desconectar completamente de nuestras obligaciones como practicar deporte, o disfrutar de nuestras aficiones. De esta forma conseguiremos llegar al momento del encuentro sexual con la mente más relajada. En el caso de convivir con nuestra pareja sexual, esto se puede hacer de forma conjunta, por ejemplo compartiendo las tareas domésticas. En cualquier caso debemos intentar conocernos a nosotros mismos y saber encontrar tiempo para poner por delante nuestro placer a nuestras obligaciones.
Si a pesar de todo no se consigue llegar a este equilibrio emocional y esto afecta a la sexualidad, es necesario acudir a un profesional que diagnostique el problema y establezca un tratamiento adecuado. En Clínica Masculina Europea disponemos de un equipo médico altamente cualificado que le ayudará a resolver la situación.