La obesidad está entre las causas más frecuentes que originan problemas de erección
Como afirma un estudio médico del Instituto de Medicina Sexual de Carolina del Norte de 2013, existen muchos factores que pueden causar problemas de erección.
Algunos de los más frecuentes son los que se derivan de otras enfermedades como por ejemplo la hipertensión, el tabaquismo o la obesidad. Según el mismo estudio publicado por el Instituto de Medicina Sexual, seis de cada diez hombres con disfunción eréctil tienen sobrepeso.
Una de las consecuencias de la obesidad es la disminución de la testosterona, una hormona directamente relacionada con el deseo sexual y con la calidad de la erección.
Otro estudio realizado en Philadelphia (Estados Unidos) y publicado en la revista “Surgery of Obesity and Related Diseases” informa de que el 36% de los hombres que se someten a una intervención quirúrgica para perder peso padecen disfunción eréctil. Este porcentaje baja hasta al 20% entre los que quieren bajar el peso sin cirugía.
En el caso de España, podemos comprobar que es el segundo país de Europa con más obesidad por detrás de Reino Unido. Concretamente, el 25% de la población total (hombres y mujeres) es obesa o tiene problemas de sobrepeso. En 2016, una investigación del Imperal College de Londres en colaboración con la Organización Mundial de la Salud demuestra que la tendencia es a que aumente el ritmo de crecimiento de esta enfermedad hasta situarse al nivel de Estados Unidos. Este problema es más grave si tenemos en cuenta un estudio de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad, que afirma que el 82% de los obesos no son conscientes de su enfermedad y de los problemas que pueden derivarse de ella.
La mala alimentación y una vida sedentaria, entre las principales causas de la impotencia masculina.
Mantener el peso dentro de los límites recomendados es muy importante así como llevar una dieta variada y equilibrada, con varias raciones de verdura y fruta diarias y pocas grasas. Para llevar un estilo de vida sana, también es básico practicar algo de ejercicio con regularidad. Los mismos estudios citados apuntan que hay una relación directa entre la práctica de ejercicio y la mejora de la calidad de las erecciones. Unos 200 minutos semanales de ejercicio aeróbico ayudan a controlar el peso, a reducir la grasa y a aumentar la producción de testosterona.
El ejercicio físico también aporta beneficios en el bienestar emocional. La propia práctica sexual es un ejercicio sano por sí mismo, aunque ir al gimnasio con regularidad mejora la forma física, ayuda a regular la circulación y la presión sanguínea y mejora la autoestima.
Por lo tanto, todo esto lleva a tener mejores relaciones sexuales cerrando así un círculo virtuoso. Una investigación de la revista "American Journal of Physiology" sugiere que la práctica regular de ejercicio junto con una dieta mediterránea previene la disfunción eréctil.
En cuanto a la alimentación, es recomendable seguir una dieta rica en alimentos vegetales como arroz, verduras, hortalizas, fruta, frutos secos y pasta. Una de las mejores fuentes de grasa es el aceite de oliva, que con sus ácidos grasos ayuda a reducir el colesterol en la sangre. Como fuentes de proteínas podemos tener en cuenta el pescado, los huevos, los lácteos como el yogur y el queso o las carnes con niveles bajos de grasa siempre con un consumo moderado.
En resumen, podemos afirmar que siguiendo unas pautas básicas de dieta variada y equilibrada junto con un estilo de vida activo y con ejercicio regular, te ayudará a prevenir problemas de erección además de numerosas enfermedades.
Si sufres problemas de erección ponte en contacto con Clínica Masculina Europea y estudiaremos las causas del problema y te ayudaremos a tratarlo.